Amal

Amal es una chica de 14 años que termina en la plaza Tahrir durante la revolución egipcia después de la muerte de su novio en el motín del estadio Port Said. Durante las protestas, es golpeada por la policía y arrastrada por la plaza. Se está buscando a sí misma. Una niña entre los hombres también tiene que luchar por el respeto y el derecho a participar, tanto en la calle como en el resto de su vida. En Egipto, incluso para una mujer joven como Amal (nombre que significa “esperanza”) las opciones que tiene abiertas para su futuro son limitadas.

Y si ser mujer en un Egipto posrevolucionario significa renunciar a la libertad de uno, qué sentido tiene la vida.

«Amal» significa «esperanza». El nombre no es superfluo en un documental que gira en torno a los sueños y esperanzas de liberación y mejora de un pueblo oprimido. Es una crítica a una sociedad que prohíbe el derecho de expresión y la propia voluntad. A través de una adolescente extrovertida y valiente, en busca de su identidad, vemos los muros con los que choca y el sufrimiento que le inflige una sociedad patriarcal y represiva que la quiere ver tapada y callada. Por desgracia, esta lucha del pueblo egipcio tiene resonancias con las protestas populares que están protagonizando distintas regiones de Europa. Con distintos motivos, la base de la lucha de estas revueltas es el uso desproporcionado e injusto del ejercicio de poder por parte del gobierno que, sin vergüenza, maltrata y priva de derechos y libertades. 

Irene del Val