Johnny Guitar

Tras dejar la R.K.O., Ray hizo Johnny Guitar para la Republic -un pequeño pero prestigioso estudio, especializado en series B y películas de acción- y en calidad de productor asociado, lo que le permitió, dentro de ciertas limitaciones económicas, trabajar con gran libertad y convertir una película aparentemente de género en una obra muy personal. La presencia de Joan Crawford -estrella entonces en decadencia y con la que Ray había tenido un idilio pocos años antes- y la modificación de la estructura de la novela -de la que se mantienen, a pesar de lo que dice Philip Yordan, no sólo los personajes, sino también muchas situaciones e incluso diálogos- hicieron de Johnny Guitar una película tan intimista -y casi autobiográfica como In a Lonely Place, de la que Truffaut la veía como prolongación. Con esta película, Johnny Guitar comparte también el talante anti McCarthysta, que en la época pasó desapercibido. Aunque hasta muchos años después no se convirtió en la película mítica que es en la actualidad, Johnny Guitar contribuyó a la renovación del western -siguiendo en diversos aspectos la línea iniciada por Rancho Notorious (Fritz Lang, 1952)- y consiguió un gran éxito popular, que relanzó decisivamente la carrera comercial de Ray.

Nicholas Ray y su tiempo, Vctor Erice y Jos Oliver. Editado por Filmoteca Española (Madrid 1986).

(…)  No hay nadie que grabe sus diálogos en las camisetas, pero Truffaut aludió a cómo le cambió la vida y lamentó no poder usar el Trucolor en Fahrenheit 451 (1966), Godard la citó en Pierrot el loco (Pierrot le fou 1965) y Wenders rodó una película sobre Ray agonizante (Relámpago sobre el agua / Lightening Over Wather, 1980). (…)

De hecho, Johnny Guitar (y ésto ya lo hace original) es un western femenino, sobre dos mujeres que ya no son jóvenes, endurecidas por el rencor y por la añoranza. Cuando cumplen con sus deberes aventureros, utilizando las pistolas, huyendo a caballo, obstaculizando o dejando libre el paso de la vía del ferrocarril, parecen hacerlo para olvidar su infelicidad sentimental. También los hombres que aparecen en la película tienen un aire infeliz. El corazón de este western es un melodrama sobre el deseo no correspondido: Emma desea a Dancing Kid, quien desea a Vienna, quien desea o añora a Johnny Guitar.

No se habría convertido en un film de culto si el estilo no tuviese también algo de escandaloso. Los colores violentos, sobre todo rojos y negros, el rostro icónico de Joan Crawford, palidecido por el maquillaje, ciertas imperfecciones del montaje y cierta escenografía bizarra, como el saloon que parece excavado en la roca o la oficina de Vienna, en la que sobresale un busto de Beethoven. A eso se añade el papel que tienen en la trama el agua, el fuego y las explosiones. (…) Oreste de Fornari en Dirigido por nº 313 (Junio 2002)